Juan Valdés Paz: "Uno de los grandes retos es reconstruir el discurso hegemónico con las nuevas generaciones"

Sociólogo cubano

Juan Valdés Paz es uno de los sociólogos cubanos más respetados. Sus reflexiones son fundamentales para entender el momento político y económico actual en la isla

Cuentapropistas.- «Se está reconociendo que si no hubiéramos liquidado el sector del pequeño cuentapropista quizás nos hubiera ido mejor»

Gobernabilidad.- «Estamos ante un cuadro económico muy difícil de administrar, pero en un contexto de alta gobernabilidad gracias a que el Gobierno sigue sosteniendo grandes políticas sociales»

Partido.- «La función del Partido Comunista en nuestro sistema político sigue siendo la de ser un partido de vanguardia y no electoral»

Desigualdad.- «No se ha completado la recuperación desde los 90 y la desigualdad social aumentó. Aquella igualdad fue un elemento de resistencia, pero ya no lo será.»

- Los Lineamientos de la Política Económica y Social de la Revolución fueron aprobados en 2011 y han sido la hoja de ruta del proceso de cambio. ¿Después de cinco años qué balance se puede hacer?

- Previo a la celebración del VII Congreso del Partido, se reconoció que solo se habían cumplido un 22% de los objetivos y que el 78% restante estaba en proceso. Lo que se ha cumplido son sobre todo ajustes, que el Estado deje de ser el empleador absoluto... Esto refleja un bajo nivel de cumplimiento, pero es necesario indicar que parte importante de los lineamientos estaban vinculados a efectos económicos esperados (expectativas de crecimiento, coyuntura internacional…) que no se dieron.

- Este año, en su VII Congreso, el PCC debatió dos documentos: el de la nueva conceptualización del socialismo y el de los ejes del Plan Nacional de Desarrollo hasta 2030. Ahora se discuten en la base y algún sector está preocupado por el mayor espacio que se otorga al mercado y la inversión privada.

- En cuanto a los elementos económicos nuevos que aparecen como la apertura al mercado, la inversión extranjera... están presentes pero no queda suficientemente claro si serán componentes permanentes del mode- lo o son aspectos temporales en el proyecto histórico. A mi juicio, en esta conceptualización se han reforzado un poco más las salvaguardas socialistas de la reforma económica, poniendo más énfasis en el carácter planificador de la economía, la regulación del mercado y sobre todo, la política social de la revolución. Se plantea poner un límite a la acumulación del sector privado emergente y paralelamente se realza la cooperativización.

- El proceso de desestatización parcial es otro de los grandes horizontes. ¿En qué fase se encuentra actualmente?

- Pensábamos que la desestatización se iba a mover en favor de la cooperativización, pero en esta primera fase, el sector privado ha tenido mayor crecimiento. Estamos en un 75% de em- pleo estatal y el compromiso es bajar al 60%. Se supone que el 15% que falta sea en favor del sector cooperativo, lo que estaba implícito en los lineamientos. Pero hasta ahora hay pocos experimentos de cooperativización y todavía no tenemos la ley de cooperativas. Incluso algunos sectores interpretan que no hay suficiente voluntad política a favor del cooperativismo…

- La inversión extranjera se define como un motor clave y el proyecto del puerto Mariel y su asociada Zona Especial de Desarrollo (ZED) aparece como estratégico. ¿En qué fase está?

- Es un proyecto de cara al futuro que además depende de diversas variables externas: del nuevo canal panameño que incremente la flota que pasa por la zona, de la mejora de las relaciones con EEUU. Si no lo puedes utilizar en conexión con EEUU no tiene mucho sentido ya que el bloqueo te fija que cualquier barco que atraque en Cuba debe esperar seis meses para descargar en puertos norteamericanos. En definitiva, su potencial está asociado a una mejora de las relaciones con Washington.

En cuanto a la ZED, se da la paradoja de que la mayoría de los que quieren invertir son pequeños y medianos empresarios, pero la prioridad son grandes empresas, que son las que te podrían asegurar tecnología y mercados en el exterior.

- Un punto del Plan Nacional de Desarrollo son los estímulos para el personal de alta calificación. Esto evidencia que hay una preocupación creciente por la migración de cerebros…

- Para un país con crecimiento de población negativo la migración de fuerza de trabajo, cualificada o no, es un problema creciente. La economía estatal no está creando empleo para esa fuerza de trabajo y tampoco se autoriza que pueda autoemplearse.

El Gobierno asegura que no puede aumentar el salario antes de aumentar la productividad porque se generaría más inflación. A esto se suma el efecto inflacionario que provocan las remesas (unos 2.000 millones de dólares), ya que su monto duplica el fondo salarial del país. Pero necesitamos las remesas porque son una parte importante de la divisa que recoge el Estado.

Estamos ante un cuadro económico muy difícil de administrar, pero en un contexto de alta gobernabilidad gracias a que el Gobierno sigue sosteniendo grandes políticas sociales.

- En el Plan Nacional de Desarrollo se menciona el problema de la calidad de la sanidad y la educación públicas. ¿Cuáles son los retos en estas áreas históricamente ejemplares?

- Hay un percepción generalizada de que se ha perdido calidad en los servicios primarios (médico de familia) y un recorte en la disponibilidad de medicinas. Por otra parte, la sanidad cubana sigue avanzando en servicios de punta, en tratamiento de enfermedades complejas, en descubrimiento de nuevas vacunas.

En cuanto a la educación, el cuerpo docente ha quedado fuertemente afectado tras dos décadas de crisis. No solo es una cuestión salarial sino también de pérdida del reconocimiento social. El maestro ha dejado de ser el segundo personaje del pueblo. Hacerse maestro deja de ser atractivo y se ha reflejado en la caída de la media para cursar las carreras docentes. Los sectores intelectuales están jugado un papel grande en el rescate del prestigio de la educación, pero a su vez, hay que señalar que hoy día no hay recursos para fuertes estímulos salariales.

- El Plan Nacional presenta una larga lista de sectores estratégicos que serían los que el Estado seguiría controlando. ¿Cuáles van a ser los más destacados?

- Por un lado, el Plan Nacional plantea pasar de una economía de un solo sector a una de varios sectores, donde se combinarían la expansión de servicios al exterior (médicos, educativos…) con la biotecnología, el turismo y la minería. El principal problema es que dependemos mucho del exterior, de nuestros socios, del comportamiento de EEUU...

Imagínate que los chinos cumplieran la promesa de inversión multimillonaria (unos 5.000 millones de dólares) en el sector del níquel. Esto podría convertir a la minería en nuestra principal fuente de divisa. A su vez, la variable norteamericana es muy importante, ya que si cae el bloqueo y el níquel cubano puede entrar en EEUU nos convertimos en potencia niquelífera, porque somos la tercera reserva mundial. Esto vale también para el petróleo, ya que si acordamos con EEUU y México explotar eventuales yacimientos compartidos en el Golfo, Cuba podría pasar a ser a energéticamente autosuficiente y hasta exportadora de crudo.

Otro sector importante es el biotecnológico, ya que lo que vendemos es bajo acuerdos políticos, porque algunos gobiernos nos compran vacunas (Brasil...). Si el bloqueo desaparece y podemos vender en EEUU, el valor agregado del sector podría alcanzar los ingresos del turismo.

- El debate sobre el modelo de propiedad y de gestión también está muy presente y la idea de la economía mixta está tomando fuerza. ¿Cuál es la propuesta concreta?

- El modelo mixto implica la asociación del Estado con otros tipos de propiedades. Por un lado, está la inversión extranjera en asociación con empresas públicas. Por otro, al sector privado nacional se le han marcado límites de acumulación y cuando vaya a superarlo se debería asociar con el Estado. Lo mismo ocurriría con las futuras cooperativas. Todo esto tiende a alimentar la propiedad y la gestión mixta. La práctica lo está evidenciando y la proyección al 2030 lo está marcando.

- En este planteamiento está implícita la orientación de evitar el surgimiento de una burguesía nacional poderosa…

- No es un problema abstracto, porque tenemos una burguesía de origen cubano en EEUU que está esperando su parte. Estamos en un proceso de rectificación de errores, ya que la ofensiva revolucionaria de 1968 fue un exceso cuando estatizamos la pequeña actividad económica. Se está reconociendo que si no hubiéramos liquidado el sector del pequeño cuentapropista quizás nos hubiera ido mejor.

- A partir de julio empezaron a aplicarse recortes energéticos y Raúl Castro lo comparó con el Periodo Especial de los 90. ¿Hasta qué punto puede afectar socialmente este panorama?

- Estamos en ventaja en términos objetivos, materiales, respecto a los 90, pero creo que estamos en desventaja en cuanto a lo subjetivo. La generación que resistió los 90 tiene 25 años más, se murió o está a punto, está cansada, desmovilizada. La que tiene ahora que enfrentar este escenario es una generación que vivió peor que sus padres. No vivieron ni fueron testigos ni construyeron la Cuba alternativa. Para una parte de la población es otra crisis y para la otra es una crisis sin memoria…

La reforma no se ha consolidado ni ha tenido todavía efecto sobre una parte importante de la población. No se ha completado la recuperación desde los 90 y la desigualdad social aumentó. Aquella igualdad fue un elemento de resistencia, pero ya no lo será. El socialismo cubano se ha movido entre crisis económicas sin tener crisis políticas. El riesgo del futuro es que tengamos crisis política. Uno de los grandes retos es como reconstruir el discurso hegemónico en el nuevo contexto y con las nuevas generaciones.

- El Partido a medio plazo será un tema central en el debate. ¿Qué previsiones hace?

- La función del Partido Comunista en nuestro sistema político sigue siendo la de ser un partido de vanguardia y no electoral. La cuestión es que con los cambios sociológicos, demográficos, ideológicos... se está generando un escenario muy diferente. Las nuevas generaciones se afilian cada vez menos al partido, incluso entre los propios militantes de la Juventud Comunista cada vez es más bajo el deseo de acceder a él. Esto nos sitúa ante un gran desafío y creo que el futuro del partido será uno de los temas más complicados en el medio plazo. En la Conferencia previa al VII Congreso se ratificó el papel del Partido, por lo que el debate real continúa encofrado. Veremos cuándo se abre…

(Luismi Uharte, Gara)

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