¿Ha estado Trump leyendo a Kissinger? (Elliot Sperber)

Escritor

No se trata de decir que Trump estuviese en lo correcto al amenazar a Clinton. Por el contrario, se trata de decir que, como Trump, Hillary Clinton está tremendamente equivocada

Con un nombre como Trump [superar, en inglés], ¿cómo puede no seguir superándose a sí mismo? ¿Su más reciente comentario? Debes haberlo oído: implicó (o se dedujo) que «el pueblo de la Segunda Enmienda» –es decir, el de los gun nuts [locos de las armas]– podría o debería acabar con Clinton (Por cierto, ¿no existe una doble ironía fálica en el término gun nuts? [nuts signfica también «huevos»]). En cualquier caso, estos locos de las armas, o entusiastas de las armas, son, como la mayoría de las personas, muy impresionables. Y en consecuencia, no es difícil imaginar que podrían inferir del vago pronunciamiento de Trump que sí, que deben coger sus armas y «hacer frente a Clinton».

Ahora, como diría Obama, déjenme ser claro: casi todo lo que Trump dice es un sinsentido tóxico (digo casi todo porque en un par de ocasiones hizo declaraciones juiciosas, como cuando sugirió que deberían respetarse los derechos de los palestinos, o no generar antagonismos con Rusia, o desechar el TTIP). Sin embargo, igual que con la expresión gun nut, hay más que una pequeña ironía en el alboroto generado por el ostensible apoyo al uso de la violencia para acabar con un oponente político. ¿Por qué? Porque es justo lo que caracteriza buena parte de la habilidad política del ídolo de Hillary, Henry Kissinger.

Responsable de los bombardeos ilegales que causaron millones de muertes en Vietnam, Camboya y Laos, Kissinger también fomentó el genocidio en Timor Oriental y Bangladesh. Además de instigar el asesinato en el sur de África, Uruguay, Bolivia y Argentina, también impulsó y apoyó notoriamente el régimen de Pinochet, que tomó el poder con un golpe militar que llevó a la muerte a miles de personas, incluido el democráticamente elegido presidente Salvador Allende.

Este es un conocimiento prácticamente secreto. Y, sin embargo, Hillary Clinton emula abiertamente a este hombre. No sólo ha verbalizado su admiración por Kissinger, como lo hizo en los debates de los demócratas de este año, sino que en la reedición de 2014 del ‘Orden Mundial’ de Kissinger (que, si no recuerdo mal, Mark Zuckerberg, lee en voz alta a su hija recién nacida), Clinton escribió que Kissinger es «un amigo» al que consultó regularmente cuando era secretaria de Estado.

Pero además de en las palabras, o en la teoría, Clinton emula a Kissinger también en la práctica, en los hechos. Su apoyo al golpe de Estado en Honduras en 2009, por ejemplo, cuando era secretaria de Estado, está sacado directamente del libro de jugadas de Kissinger. Igual que su apoyo a los ataques a Libia, por no hablar de sus planes para bombardear Siria. Nada de esto, por supuesto, es sugerir que Trump estuviese en lo correcto al amenazar a Clinton. Por el contrario, es decir que, como Trump, Hillary Clinton está tremendamente equivocada.

(Counter Pounch, vía Gara)

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